De madera y chapados

Estos muebles son sensibles a la luz, al polvo y a la humedad. Para evitar, en la medida de lo posible la decoloración del sol, mueve los objetos que haya sobre él, sobre todo las ocho primeras semanas.

Eliminar las manchas
Utiliza productos específicos y suaves. Si se trata de grietas, usa un lápiz de cera del mismo tono de la madera para rellenar los rayones. Si ha caído pintura y está seca, una espátula te será de ayuda.

Con acabado barnizado
Evita usar productos abrasivos para estos muebles, ya que podrían desgastar o rayar el barniz. Para su mantenimiento, basta quitar el polvo con un paño. Si quieres darles brillo, es mejor usar un aerosol.

Piezas lacadas
El lacado es un acabado bello aunque algo delicado. Para mantenerlo, es importante no utilizar productos agresivos que deterioren la laca. Es habitual que las huellas de los dedos queden marcadas. Una gamuza húmeda las eliminará fácilmente.

Limpiar la suciedad
Si los muebles lacados se manchan de tinta, empapa alcohol en un paño que no desprenda pelusa. Verás cómo desaparece y queda brillante. Si cae cera de una vela, esmalte o pintura, deberás lijar la superficie dañada con un papel fino y volver a lacar.

Muebles pintados
Si no están barnizados, es importante quitarles el polvo con frecuencia con un paño húmedo, igual que con los lacados. Rápidamente pásale una gamuza seca, suave y que no desprenda pelusa. Es importante que estén protegidos del sol.

Cuero en buen estado
Las piezas tapizadas de cuero o los muebles revestidos con él necesitan cuidados específicos y constantes, ya que se trata de un material delicado. Es importante mantener este material ventilado y, si se reseca, aplicar productos que le devuelvan la plasticidad. Para limpiarlo, una crema o cera específica.

Vidrio: fácil de mantener
El cristal llega a los muebles de la mano de mesas, encimeras o puertas, entre otros. Y lo hace como cristal lacado, transparente, satinado, opaco o tintado. Su mantenimiento se hará con un limpiacristales (neutro y sin componentes abrasivos).

Acero inoxidable
El uso del acero inoxidable en complementos, tiradores, patas de mesas, etc, es muy habitual debido a su diseño y resistencia. Para mantenerlo en el día a día, una bayeta de microfibra humedecida puede eliminar las marcas de los dedos.

Conservar el brillo
Uno de los peligros del acero es que se raye y pierda brillo. Para limpiarlo, opta por una mezcla de agua y un detergente neutro. Y, para que quede más brillante, extiende sobre la superficie una pasta realizada con aceite y ceniza. Retírala con un papel.

Detalles con aluminio
El aluminio es muy resistente, ni el agua ni la humedad lo deterioran. Su limpieza es sencilla: un trapo empapado con agua y jabón te ayudará a mantenerlo limpio. Si la suciedad está incrustada, frota la superficie con un estropajo de aluminio suave y jabonoso. Para que brille, repásalo con un paño con un poco de aceite.

Cuidados de la resina
La resina es un material cada vez más habitual en sillas o mesas de cocina, ya que permite diseños innovadores y colores más extremados, aunque en blanco puede amarillear. Las resinas polímeras de alta calidad apenas necesitan mantenimiento.

Plástico: muy sufrido
Es muy resistente, aguanta bien la intemperie, el sol e incluso las bajas temperaturas. Para su mantenimiento, se recomienda usar una esponja suave empapada con agua jabonosa. Si aún así alguna mancha persiste, utiliza alcohol de 90 º.

Muebles de metacrilato
El metacrilato es versátil, duradero, ligero y ofrece muebles transparentes muy resistentes. Para limpiarlo, es importante utilizar trapos que no dejen pelusilla. Si lo humedeces en agua y jabón neutro, o con limpiacristales, será suficiente.